Por Álvaro Fernández
A algunos el domingo 2 de febrero de 2020 Miami les parecerá el centro del universo. Poco después de las 6 de la tarde, aproximadamente 100 millones de personas tendrán sus televisores encendidos para el Super Bowl que el próximo año se jugará en el estadio Hard Rock, en la zona más septentrional de esta ciudad.
La cerveza y el alcohol fluirán y se consumirán grandes cantidades de alimentos, y los líderes empresariales y políticos de Miami declararán que este es un gran logro y un gran éxito para la ciudad. Citarán estudios que aseguren que el área habrá obtenido beneficios del Super Bowl por un valor de no menos de 150 millones de dólares durante ese glorioso fin de semana. Cielos azules perfectos, con ocasionales nubes blancas algodonadas, que se verán como asientos de primera fila para que los dioses vean el juego, anunciarán un perfecto clima invernal en Miami.
Pero el certamen tiene un costo.
Al final de esta celebración estadounidense del exceso, los floridanos del sur habrán gastado no menos de 15 millones de dólares de los contribuyentes para organizar el evento. Y si la cifra de 150 millones de dólares en ingresos es cierta (lo que es cuestionable), los expertos, con poco interés en estudiar los verdaderos resultados de dicho gasto, declararán que un porcentaje de 1 000 por ciento de ganancias sobre nuestro dinero es una buena inversión.
Sin embargo, nadie parece preguntar quién obtiene los beneficios. Porque mientras gastamos millones de dólares para poder organizar un juego de football americano jugado por millonarios a quienes les pagan multimillonarios de una liga (la NFL) que en 2018 distribuyó 8,1 mil millones a cada uno de sus equipos (hay 32), la Encuesta de la Comunidad Estadounidense de la Oficina del Censo de 2017 plantea el hecho de que Miami tiene el segundo porcentaje más alto de personas que viven en la pobreza entre todas las áreas metropolitanas importantes en Estados Unidos. En el sur de la Florida, una asombrosa cantidad de 921 000 personas —15,4 por ciento de la población— vive por debajo del umbral de pobreza.
Para ser justos, Miami depende de su turismo. El hecho de que casi 200 millones de personas enfoquen su interés en un lugar que en pleno invierno podría tener un clima de 25 grados, hermosas playas repletas de bañistas, buena música, baile, personas multicolores atractivas y diversas, más todo lo que nos hace especiales, sin duda es una bendición para la industria. En pocas palabras, nos ayuda a atraer personas que podrían decidir visitar nuestras costas y experimentar nuestro especial estilo de vida mientras gastan dinero y enriquecen a algunos de nosotros.
Pero, ¿quiénes son los verdaderos ganadores en este esperpento conocido como el Super Bowl, cuyos anuncios en televisión cuestan más de $5 millones por 30 segundos?
Supongamos que la cifra de $150 millones sea cierta. Me atrevería a decir, entonces, que desde el área de Miami (y esto es un estimado, pero que creo no está lejos de la verdad) aproximadamente unas 10 000 personas reciben esos beneficios.
En otras palabras, de una población de aproximadamente 2,5 millones de personas en el condado de Miami-Dade, menos de la mitad del 1 por ciento de los miamenses obtiene ganancias reales de nuestro dinero del Super Bowl… Incluso seré generoso y aumentaré esas 10 000 personas a 100 000 —solo el 4 por ciento de nuestra población.
Y entonces se conocen las estadísticas que nos dicen que una de cada cuatro personas que vive en Miami carece de seguro médico —un número muy por encima del promedio nacional: una cifra vergonzosa de una de cada seis personas. Estos son hechos que se encuentran en el último informe de los Resultados de Salud del Condado, un programa de la Fundación Robert Wood Johnson.
Es cuando empiezo a preguntarme si nuestras prioridades están bien concebidas.
Porque les confieso que soy una de esas personas que probablemente estarán en una fiesta, o incluso en casa, viendo el juego con amigos y comentando acerca de la belleza del invierno de Miami y cómo se ve en la televisión, mientras miro el juego y como y bebo.
Sin embargo, al escribir esto y pensar realmente en el asunto, empiezo a darme cuenta de que lo que estaremos viendo en nuestro próximo Super Bowl simplemente refleja lo que está sucediendo en el país. Hay un pequeño grupo en el poder, ya sea en la política o en los negocios, que nos venden una idea. Luego se anuncia (propaganda) como panacea, el comienzo de una solución a nuestros problemas: más turismo trae más dinero a nuestras costas.
¿Y quién se beneficia?
Solo entre 10 000 y 100 000 personas se benefician de esta empresa. Y lo pagamos totalmente nosotros. Es el uno por ciento que se beneficia del trabajo del 90 por ciento que tienen dificultades para llegar a fin de mes.
Piensen en esto. Hace unos años, los políticos y líderes empresariales de Miami construyeron y entregaron un estadio de béisbol (que terminó costando a los contribuyentes más de mil millones dólares) a un hombre que luego vendió el equipo por más de mil millones de dólares. Regalamos millones en aventuras deportivas como el Super Bowl porque produce grandes fiestas a las que los miamenses regulares nunca asistirán. Luego les damos dinero de los contribuyentes, cuya inversión solo dará frutos para otros.
Pero… en 2011, el alcalde Carlos Giménez amenazó con cerrar 13 bibliotecas, donde la democracia realmente reina, porque se puede encontrar a una persona sin hogar y a un millonario leyendo gratuitamente un libro, porque el condado no tiene dinero para bibliotecas.
Las escuelas públicas reciben cada vez menos presupuesto porque no hay suficiente dinero, y parte de él se desvía a ricos dueños de escuelas con fines de lucro.
La pobreza permea nuestra ciudad (uno la ve si visita los lugares adecuados). Pero nuestra crisis de presupuesto no puede ayudar en esta área. Y las personas sin seguro tienen dificultades para ver a un médico en el ÚNICO hospital que tenemos para aquellos que no pueden ir a ningún otro lugar —porque los servicios están limitados por la FALTA de dinero.
Y, sin embargo, los multimillonarios y millonarios que controlan el Super Bowl querían que Miami les dé 15 millones de dólares… y el dinero apareció en un abrir y cerrar de ojos.
Sin embargo, hay comemierdas que se jactan de que estamos volviendo a hacer grande a Estados Unidos. Sí. Claro.
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
Fuente: https://progresosemanal.us/20190516/el-super-bowl-en-miami-sera-muy-bueno-para-quienes-menos-lo-necesitan/
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