El conflicto en Hong Kong, que comenzó como una manifestación pacífica para proteger a los propios hongkoneses frente a Beijing, ha acabado movilizando a una sociedad que busca defender su democracia y sus libertades frente a China.
Por MIRIAM SALGADO ALBERTUS
El ambiente en Hong Kong cada vez está más caldeado y la tensión ha llegado a niveles extremos a raíz de las protestas, ahora violentas, que llevan sucediéndose más de 100 días.
Lo que comenzó como una manifestación pacífica en contra de un proyecto de reforma de ley ha mutado y se ha convertido en un símbolo de la defensa de la democracia y de la Ley Básica de Hong Kong, es decir, su Constitución.
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