Lo que hasta hace unas horas resultaba imprescindible y parecía imposible, hoy es una decisión. Evo Morales ha convocado nuevas elecciones y renovará completamente el Tribunal Electoral. Como cuando revirtió hace unos años el «gasolinazo» impuesto por el FMI ante un levantamiento popular, hoy, cuando la ira y el odio son la consecuencia de la decepción y de la arrogancia, esta decisión puede de inmediato evitar una catástrofe total y, tal vez, permitir que los pueblos retomen el rumbo por el que llevaron a Evo a la Presidencia y este les condujo a la decepción, a la supresión sistemática de alternativas populares, críticas, indianistas y de izquierda, al resurgir de la más rancia derecha y a la sin salida.
Evo Morales anuncia la convocatoria a elecciones
Mario Rodríguez, de Radio Wayna Tambo de El Alto envió un texto aterrador y preciso en la descripción de lo que está sucediendo ahora mismo en Bolivia. Evo Morales y García Linera junto con un Tribunal Electoral manipulado y a su servicio, cometió un fraude abierto y evidente que ya se ha hecho público y es innegable. El fraude se da luego de que Evo haya perdido un referendo en el que pretendió modificar la Constitución en febrero de 2016 para elegirse una vez más. Primero, violar el resultado del referendo y la Constitución y ahora cometer un fraude abierto para evitar una segunda vuelta contra el candidato Meza, ponen en evidencia lo que ya es bien conocido por todas y todos: no es que hubiera ganado Meza, el candidato de la oposición sino que el disgusto y la indignación de la gente contra Evo, hizo que no pudiera ganar la presidencia en la primera vuelta como quería y la decisión de manipular los resultados para afianzarse en el poder, es como lo describe este texto con claridad, catastrófica para Bolivia. En síntesis, el fascismo de ultraderecha está desatado en Bolivia y se aprovecha de la indignación popular y de la rebelión contra el gobierno de Evo por fraude. Es un fascismo desatado, planificado, oportunista que pretende señalar, culpar, asesinar indígenas, a quienes, desde su racismo arraigado culpabilizan de todos los males de Bolivia sirviéndose del fraude como pretexto. Este fascismo desatado justamente aprovecha (con respaldos poderosos del capital transnacional e imperial, incluyendo la OEA que respalda los gobiernos ilegítimos de Chile y Ecuador mientras se muestra firme contra el de Bolivia) lo que Evo les entregó en bandeja de plata al afianzarse fraudulentamente en el poder. Este fascismo con nombres propios, planes, estrategias, armas, populismos, no tiene interés alguno en salvar la democracia sino en retomar la posesión de Bolivia purificándola de los «indios» que desprecian y siempre despreciarán. Este odio de siempre desatado como nunca, se afianza sobre las políticas capitalistas, corruptas, neoliberales, patriarcales que a nombre de la revolución se perpetuaron desde el gobierno Morales/García Linera. En este momento Bolivia está ad portas de una guerra de guerras civiles. La derecha quiere eso y quiere aprovecharse del descontento y de la indignación populares para desatar una catástrofe. Una vez más con dolor y con ira decimos que esta catástrofe ha sido provocada por la ambición de perpetuarse a toda costa en el poder de Morales-García Linera. Otro gobierno progresista que al traicionar al pueblo que por resistir al capitalismo racista y fascista les eligió y respaldó, se encuentra amenazado desde el poder del estado que les defraudó y por el resurgir de los fascistas que buscó dejar atrás para siempre.
Debemos conocer esta realidad para apoyar al pueblo de Bolivia y no dejarnos meter en la ecuación progresista o fascista que son dos lados de la misma del capital patriarcal, transnacional y racista. Es hora de apoyar a los pueblos o puede ser demasiado tarde. Afortunadamente la decisión de Evo Morales abre la posibilidad de dejar atrás el fraude electoral, aunque en este contexto consecuencia de mentiras, manipulaciones, engaños, maniobras, la falta de opciones es aterradora y evidente y el mecanismo electoral, expresión y dispositivo de democracias formales, resulta a todas luces insuficiente. Ojalá con este anuncio Bolivia vuelva a hacer una transición desde abajo y en ayllus y colectivos, hacia la libertad de los pueblos. Que las elecciones den fuerza a los pueblos para retomar su camino manoseado y amenazado desde el poder, el capital y el racismo. Esta transición renovada es un desafío descomunal e imprescindible. Todo lo demás es, pues, lo que está en ciernes y en curso: ira, racismo, terror y decepción
Be the first to comment