Por: Movimiento de pobladores Barrio Bolaños.
Nuestro barrio se encuentra ubicado a la salida del túnel de Oswaldo Guayasamín en dirección a Cumbayá, a solo 5 minutos en auto del hipercentro de Quito, sin embargo, la prohibición de circulación de transporte público que trajo el funcionamiento del túnel nos ha dejado por fuera del sistema de transporte de la ciudad, con todo lo que eso implica, en cuanto a movilidad de los pobladores, sino del ejercicio mismo de la vida cotidiana en condiciones dignas que nos permita ejercer nuestro derecho a la ciudad.
En nuestra lucha por la defensa del territorio, hemos construido una propuesta de movilidad que permita mejorar nuestras condiciones de vida y la tranquila permanencia en nuestro barrio.
Antecedentes
La problemática de movilidad cotidiana para el barrio, no es nueva, desde hace ya 15 años, con la construcción del túnel de Guayasamín, han sido insistentes y persistentes en exigir ser tomados en cuenta en la planificación de la ciudad y consultados en los diversos proyectos de renovación urbana que se piensan para la ciudad pasando por encima de sus intereses, condición de pobladores ancestrales legítimos y necesidades de vida digna en su territorio.
Durante el 2016, las manifestaciones y acciones de resistencia que se levantaron en rechazo de la intervención vial de Guayasamín o #ErrorVialGuayasamín como se le denominó por parte de pobladores, movimientos y organizaciones sociales participantes, se adelantaron talleres, conversaciones y otras estrategias para analizar la situación del barrio y construir posibilidades de intervención urbana social que permitiera la permanencia de los habitantes en su barrio así como abrir las alternativas de gestión y planificación para mejorar las condiciones de movilidad del barrio, fracturadas a partir de la construcción del túnel.
Las articulaciones de diversos sectores de la sociedad fue un valor fundamental para fortalecer la lucha popular que el barrio estaba dando, así pues, los intercambios de saberes que se realizaron con la Universidad Central y su Observatorio de la Producción del Territorio Ecuatoriano, resultaron ideas para reconectar el barrio a la centralidad a partir de la construcción de un corredor o bulevar natural, que priorizará el caminar y el uso de la bicicleta como modos de movilidad sustentables, a la par, se planteó la posibilidad de convertir dicho corredor en un atractivo turístico que activara otras fuentes de sustento económico para las familias que habitan el barrio, como ferias agroecológicas.
Desde la construcción del túnel, el caminar y el uso de la bicicleta han sido alternativas para la movilidad de algunos pobladores del barrio, sobre todo jóvenes, sin embargo, no todas las personas que habitan el barrio pueden hacer uso de estos medios, sobre todo cuando no se tiene una vía en condiciones adecuadas, sin riesgos para transitar.
La idea de la ciclovía y del corredor se sembró en las cabezas de los pobladores…
El presente
Luego de enterarse sobre la construcción de una vía rápida en la Av. Interoceánica, a través de un anuncio electrónico en la vía, los pobladores decidieron reactivar la idea de la ciclovía para el barrio apoyados en el colectivo cívico movilidad Quito con el fin de difundir la propuesta y generar presión a la institucionalidad a partir del envío de una carta a la Secretaría de Movilidad.
El pasado 5 de julio se realizó un recorrido urbano con aproximadamente 20 habitantes del barrio. El punto de encuentro y encuadre de la actividad fue la plaza argentina, espacio que se ha convertido en un escenario de manifestación y toma barrial para visibilizar diversas vulneraciones a su derecho por la ciudad, hasta el barrio por la vía antigua a Cumbayá.
Propuestas a modo de exigencias
- La cancelación pública del proyecto vial del puente de Guayasamín, deben constar las implicaciones, acuerdos, pagos, mediaciones que ha hecho el municipio y la EPMMOP con la empresa China, incluidos los realizados en Bogotá y los últimos contratados por el Alcalde Yunda con el estudio jurídico Tobar Bustamante. Propuesta fundamental para los moradores del barrio que viven en la incertidumbre desde el lanzamiento del proyecto y sus continuos anuncios de reactivación.
- Cambiar los separadores de plástico que están actualmente en la salida del túnel, y que han ido retirando para la instalación de la vía rápida, aumentando los riesgos de movilidad para la población que habita el barrio, la idea es que reemplacen por material metálico que realmente sirvan de barrera y la disminución de la velocidad.
- Exoneración del pago del peaje a los habitantes del barrio que poseen vehículos particulares, los cuales no solo son para uso y beneficio individual sino familiar y barrial teniendo en cuentas las condiciones de no acceso al sistema de transporte, también es necesario. En este mismo punto, se plantea:
- Cruces peatonales seguros (al menos dos) porque con la implementación del telepeaje los vehículos ya no disminuyen su velocidad en el peaje, que era un punto de cruce más o menos seguro para los moradores del barrio.
- Adecuar un lugar seguro para que los vehículos de los moradores o los taxis (con la utilización de las cámaras del túnel se graba y multa a los taxistas que dejan a moradores del barrio y ya no quieren brindar el servicio por lo que se debería adecuar un lugar donde se puedan estacionar de manera segura y que esto no ocasione multas), que llegan al barrio puedan hacer un giro en u de retorno a Quito. Esto se hacía anteriormente en el peaje, pero actualmente es muy peligroso hacerlo, lo que les obliga a dar toda una vuelta por la Simón Bolívar o por Guápulo. Lo anterior reduce una de las prácticas de movilidad usado por los pobladores, sobre todo, adultos mayores que deben asistir a sus controles médicos y no pueden ni caminar ni hacer uso de la bicicleta.
- Debido a que varios moradores se han visto en la necesidad de cruzar el túnel a pie porque la práctica de “Jalar Dedo” ha desaparecido con el actual contexto de pandemia por el miedo al contagio, se considera importante ubicar señalización de las clases de mascarillas seguras que podrían utilizar para cruzar el túnel y con ello minimizar el riesgo de la respiración de gases tóxicos, además de que se les brinde a los pobladores dicho material de bioseguridad de forma gratuita.
- Política de zona de reducción de velocidad en el tramo de salida del túnel hasta que termine el barrio a 30 – 40 km.
- Construcción de una cicloruta que vaya desde plaza argentina hasta Cumbayá, para lo cual se requiere de la voluntad política, inversión pública y articulación con el programa actual de BiciQuito para analizar las posibilidades, tiempos y propuestas para su realización, conectando esta idea a la actual propuesta de la ciudad.
- Existen dos entradas actuales desde la Plaza Argentina para tomar este camino, una «calle lastrada» que sale desde la mitad de la prolongación de la calle Bousingauldt que era por donde la empresa China metía su maquinaria durante el proyecto vial Guayasamín, y un pequeño acceso peatonal a la entrada del túnel que se conecta con unas gradas que suben sobre el túnel y donde existen unas pequeñas bodegas de la EPMMOP y EPMAP. Ambos caminos conectan con la antigua vía Interoceánica. La calle lastrada se usaría para las bicicletas y la otra sería peatonal.
- Adecuar el Chaquiñán, la antigua vía a Cumbayá para construir una cicloruta y un espacio peatonal con aceras protegidas, iluminación, mantenimiento de las zonas verdes, seguridad-vigilancia, que posibiliten las prácticas de apropiación territorial del espacio y disminuyan los actos delictivos a causa de su deterioro.
- El camino de la quebrada consta de tres tramos: el primero es la antigua mesa de la carretera vieja que está en un estado bastante aceptable, necesitaría mantenimiento y limpieza.
- El segundo tramo es en el que se derrumbó la carretera por lo que no existe camino, ni postes. Los vecinos han hecho un Chaquiñan que admite escasamente una persona y que está pegado al talud de la Guangüiltagua y tiene por el otro lado la quebrada de El Batán, en algunos sitios con profundidades de unos 40 mts aproximadamente. Este es el tramo que amerita una intervención integral con ampliación de camino, aseguramiento de taludes, aseguramiento de los basamentos y puesta de barandas o mallas que impidan la caída a la quebrada, además de luminarias y otros arreglos técnicos pertinentes, como el tratamiento de aguas servidas que generan contaminación del aire por malos olores, pero también del suelo ante el debilitamiento paulatino de la montaña, dificultando el anclaje de futuras estructuras de ingeniería y profundizando riesgos de desprendimientos de tierra.
- Al final del Chaquiñan existen unas escaleras metálicas que habían sido puestas por la empresa que hizo el túnel, que conectan de forma poco segura debido a su nivel de deterioro, con tablas amarradas con alambres; tramo que ha sido evitado por los moradores y que representa un peligro para la movilidad, sumando la ausencia de iluminación y otras medidas que aseguren su uso, hoy mediado por la obligatoriedad de no tener otra alternativa de paso.
- Un tercer tramo de la vía es la carretera antigua en un estado bastante bueno, al igual que el primer tramo, requiere limpieza, mantenimiento.
- Frente a las posibilidades de contar con transporte público, los pobladores del barrio proponen el uso de rutas escolares a partir del establecimiento de 2 horarios, uno de recogida en la mañana en el barrio y otra cerca a la plaza argentina para el regreso al mismo en horas de la noche. Sin embargo, se deja expresa la necesidad de que dicha situación se modifique para contar con una frecuencia mayor del transporte y puntos de recogida externos al barrio, es decir, pasando el túnel, para lo cual se plantea la necesidad de construir diagnósticos contextualizados a partir de herramientas cualitativas que brinden información sobre intereses, motivaciones, posibilidades, trayectorias, tiempos de desplazamiento, obstáculos de la movilidad entre otros factores, que les garantice mayores posibilidades de movilidad y desarrollo social y no que coarte su cotidianidad, a partir de la adaptación a las condiciones precarias de movilidad como lo han venido haciendo desde hace 15 años.
Si bien no se desconocen las dificultades que una propuesta como esta pueda acarrear, consideramos la necesidad de imprescindible de la voluntad política sumada a recursos de diversas entidades que puedan vincularse al proyecto para llevarlo a cabo además del papel de la academia como aportante en la realización de estudios sociales contextualizados con enfoque de derechos y poblacional que orienten las intervenciones y propuestas en el territorio.
Este momento actual del mundo, es una invitación, entre otras cosas a transformar la manera como hemos venido construyendo ciudades desde la separación seres humanos – naturaleza, es momento de considerarnos partes de un todo, “cuando seamos capaces de imaginar el planeta como nuestro hogar común y a la naturaleza como nuestra madre original, a quien le debemos amor y respeto (…) seremos más libres ante las cuarentenas provocadas por las pandemias’ (Boaventura en la Cruel Pedagogía del virus), y seremos más conscientes de la necesidad de un urbanismo que disminuya las brechas de desigualdad, que ubique la necesidad y la utilidad por encima de la innovación y la mal usada modernidad.
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