[Opinión] 612

El Consejo Nacional Electoral (CNE) acaba de ponerse la soga al cuello. El recuento de las 31 actas pone en evidencia algunos asuntos delicados. Por un lado, confirma las denuncias del movimiento de Pachakutik de que fue perjudicado el 7 de febrero; por otro lado, refrenda la necesidad de abrir la mayor cantidad de urnas posible; finalmente, pone en duda la capacidad del organismo de garantizar elecciones transparentes y justas. Si la bola de nieve sigue creciendo, hasta el proceso electoral en su conjunto puede caerse.

El daño está hecho. El cúmulo de errores, arbitrariedades e incoherencias que venía repitiendo el CNE desde el inicio del proceso electoral culmina con una amarga cereza en el pastel. Mejor hubiera sido cerrarse a la banda y no dar paso a ninguna impugnación, por más ínfima que fuere o, en todo caso, meter mano al recuento de las 31 actas para acomodarlas a la versión oficial. Total, una raya más al tigre no hace ninguna diferencia: si ya consagraron el gran fraude, podían tranquilamente consagrar uno pequeño. Pero al menos hubieran guardado las apariencias.

Hoy, los 612 votos adicionales a favor de Yaku Pérez van a traer cola. Mucha cola. No se trata de una cantidad insignificante, como pretenden presentarla algunos voceros de la derecha lassista, correísta y socialcristiana, que usan las matemáticas según la ocasión; al contrario, se trata de una proporción enorme. El incremento de votos del candidato de Pachakutik es casi cinco veces más que el de Lasso y 16 veces más que el de Arauz en ese reducido universo de las actas revisadas.

Obviamente, no se trata de hacer extrapolaciones simplistas para concluir, mediante una regla de tres, que la proporción es exactamente igual en las 40.000 actas. Pero el dato es suficiente como para abrir al menos las urnas acordadas en la reunión del 12 de febrero. Sin lugar a duda, habría sorpresas inimaginables.

Sin embargo, el asunto –como se insiste desde innumerables voces y opiniones– no es contable, sino político. El CNE tiró por la alcantarilla su divisa técnica para quedar empapelado como un organismo donde las disputas de poder se pasan por encima de la voluntad de los electores. A estas alturas, que los consejeros sumen o resten bien no es tan importante como que salgan a la luz los pactos que se cocinan en la trastienda, porque cualquier resultado que proclamen estará envuelto en una espesa niebla de desconfianza. La gente sencilla sospecha que, una vez más, los políticos se quieren burlar de su honestidad.

Por ahora, el escenario es impredecible. Habrá que ver no solo el potencial de movilización del movimiento indígena, sino su capacidad para seducir a otros sectores sociales alrededor de las protestas frente al fraude electoral. Mientras tanto, no hay que olvidar ese número: 612.

 

Marzo 1, 2021

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

1 Comment

  1. Efectivamente, las actas cuyas urnas se recontaron demuestran claramente que existe un sistema de fraude institucionalizado que afecta a cualquier proceso electoral. Los intereses económicos y políticos detrás de la votación de los vocales del CNE, están clarísimos: los vocales del PSC y de CREO sumados al inestable voto de Verdesoto, votaron por la derecha socialcristiana para que gobierne este país los próximos 4 años

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