El Quid del Asunto.- En esta oportunidad hablamos sobre la amazonía. Con ese fin llegó a nuestros estudios Mauricio López Oropeza, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Lo primero que le preguntamos fue: ¿qué tan lejos o cerca sentimos a la amazonia?
Al respecto, López indicó que hay dos perspectivas. Uno, un limitado sentimiento de pertenencia y de conexión, a pesar de que se ha hecho conciencia sobre la importancia de este territorio para el mundo. El entrevistado agregó inclusive que si se revisa los procesos históricos de todos nuestros países “hay esta noción de ser andinos como si la identidad andina fuera la predominante. Por proporción, el territorio del Ecuador es amazónico (50%) y deberíamos considerar amazónicos y andinos”.
La segunda perspectiva es la de subsistencia. Ahí existe una profunda conexión, dijo. “El sistema de producción de agua, el acceso también a un sentido de estabilización climática de nuestras ciudades y de nuestros países está fuertemente asociada con la amazonía”.
Por eso, López concluye que hay una “lejanía afectiva pero una dependencia efectiva del territorio amazónico”.
En esa lejanía afectiva, justamente, se ha producido la noción de que la amazonia es “un espacio vacío”. Un aspecto que se afirma desde nuestra lógica productivista y neoliberal, explicó. Pero en realidad -prosigue López- toda nuestra vida y nuestro futuro dependen de la protección de nuestra amazonía.
Es interesante leer los documentos históricos de los países de la cuenca amazónica donde había esta connotación de “infierno verde”. De espacio vacío, de tierra de bárbaros. Sobre él siempre pesó una idea de inferioridad y una necesidad de que la cultura occidental predominante tuviera que ir de alguna manera a rescatarla, a salvarla, a colonizarla. Ahí la propia iglesia cometió graves errores y pecados como el propio Papa Francisco lo ha señalado.
López también indicó que también existe una diversidad cultural rica y que ahí las comunidades se relacionan de manera diferente con su entorno. Por eso insistió que destruir este territorio amazónico es destruir la posibilidad de futuro, del futuro de todos.
En relación a la violencia, López dijo que, en el caso de Colombia, en lo que va del año había más de 25 líderes y lideresas asesinados. “No sólo de la amazonía sino de comunidades donde están protegiendo sus territorios y modos de vida”.
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