[Opinión] Negociación CONAIE-Gobierno: la política vuelve a donde le corresponde

Definitivamente, la clase política y las élites del país siempre buscan atajos para saltarse la democracia o las instituciones. Lo están demostrando con la petición de las cámaras empresariales y de la Asamblea Nacional para conseguir un espacio en las mesas de negociación entre la CONAIE y el gobierno. Es tan torpe la maniobra que la Asamblea Nacional no se da cuenta que, con esta exigencia, está renunciando a su condición de primer poder del Estado y a su propia naturaleza: se supone que constituye el espacio institucional prioritario para el tratamiento de los conflictos políticos. Pero hoy, el organismo más desprestigiado del sistema político nacional pide cancha en un partido ajeno.

Por su parte, los grupos de poder económico han estado acostumbrados a los canales directos con todos los gobiernos de turno. Los desayunos empresariales en Carondelet han sido una constante. No se diga los telefonazos y palanqueos. Como si se tratara de un derecho atávico, estos sectores han manejado el poder ejecutivo como una potestad patrimonial. Por eso, que los sectores subalternos consigan una negociación con el gobierno, al margen de las formalidades institucionales, les resulta inadmisible. Solo ellos lo pueden hacer.

Con el proceso de negociación, una vez más la política regresa al seno de la sociedad. El viejo sueño de los griegos y de la Revolución Francesa vuelve a imponerse sobre la maraña burocrática y corrupta en que las mafias convirtieron a la política. Las mesas técnicas son el resultado de la confrontación de fuerzas en el espacio público, esa condición irremplazable de la democracia. Esta institucionalidad corresponde a la realidad social y supera la tradicional concepción del contubernio, la componenda y la intriga como condiciones para la lucha política. En las mesas técnicas se podrán definir políticas y estrategias decisivas para el futuro del país.

La jugada de la Asamblea Nacional y de las élites empresariales es por demás obvia: quieren regresar la disputa política al terreno pantanoso de la vieja y desgastada institucionalidad. Allá donde se mueven a sus anchas. Pedir espacio en las mesas técnicas constituye una hábil artimaña para desnaturalizar las negociaciones. Tal como la propuesta federalista desempolvada por el partido socialcristiano.

Y aquí caben varias preguntas. ¿Es viable transformar la estructura del Estado ecuatoriano a partir de un argumento tan ambiguo y simplón como el del Estado fallido? ¿Es equiparable el proyecto de la plurinacionalidad, construido luego de décadas de una reflexión y acción permanentes por parte de un amplio sector de la población, con la improvisada propuesta de federalismo presentada por la dirigencia de un partido al calor de la coyuntura? ¿Tiene legitimidad la Asamblea Nacional, absolutamente rechazada por el pueblo, para interponerse en un espacio de negociación legitimado por una gigantesca movilización social? ¿Son equiparables los derechos postergados de los pueblos indígenas con la codicia inconmensurable de los grandes grupos económicos?

 

Julio 14, 2022

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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