Miles en las calles, barricadas y huelgas sacuden en estos días a Haití. En el país más pobre de América Latina, los manifestantes reclaman la renuncia de su presidente, Jovenel Moise. Devaluación, escasez de combustible, falta de electricidad y emergencia económica, las causas detrás de las protestas.
Las protestas se mantienen este en Haití en el sexto día consecutivo de manifestaciones para exigir la renuncia del presidente haitiano, Jovenel Moise, en medio de una crisis política, económica y social de magnitud, en el país más pobre de América Latina, donde más de la mitad de los 10 millones de habitantes sobrevive con menos de 2 dólares diarios.
Puerto príncipe, su capital, ayer estuvo casi paralizada por las protestas. Las calles estuvieron prácticamente vacías, con la docencia y el transporte paralizados. Los grandes negocios no han abierto sus puertas, mientras que en las principales calles de la capital manifestantes han levantado barricadas y han quemado neumáticos, bloqueando las principales rutas del país. Otras importantes ciudades viven un panorama similar por las protestas.
Uno de los manifestantes declaraba este lunes: «Hoy estamos en la calle porque nadie nos escucha. No tenemos empleo, dinero ni esperanza. Estoy en busca de algo y es por eso que llevaré cualquier cosa que pueda encontrar», dijo Paul Baptise. Mientras los haitianos reclaman en las calles, las fuerzas de seguridad hacen lo suyo, y producto de la represión ya hay 7 muertos desde la semana pasada.
La situación de Haití se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial, y por la crisis de electricidad derivada de la escasez de combustible.
El martes pasado, cuando el gobierno declaró una emergencia económica, que implica reducir el costo de los bienes de primera necesidad e incrementar el acceso al crédito de las pequeñas empresas, comenzó a agudizarse el malestar social.
Pero los manifestantes también exigen justicia en las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe, a través del cual Venezuela suministra petróleo a este país a precios blandos. Una auditoría presentada la semana pasada por el Tribunal de Cuentas reveló irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa, e involucró a 15 exministros y actuales funcionarios están involucrados en este caso, así como una empresa que dirigía el propio Moise antes de llegar a la Presidencia.
Además, la situación de Haití se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde y por la crisis de electricidad derivada de la escasez de gasolina, y el país tampoco ha logrado aprobar su presupuesto para este año, de 1.650 millones de dólares, el cual fue rechazado el pasado mes por la Cámara de Diputados tras argumentar que ese no satisface a la cámara.
En este contexto, un sector de la oposición reclama la renuncia del presidente Moise, quien el pasado jueves, justo el día que se iniciaron las protestas, cumplió dos años en el cargo.
Uno de los promotores de estas protestas es el dirigente opositor André Michel, quien a través de Twitter volvió hoy a reclamar la renuncia de Moise, quien, afirmó, «ya no tiene legitimidad para seguir permaneciendo en el poder». «Nadie está por encima de la voluntad popular. La Constitución no está por encima de la voluntad del pueblo. El pueblo es soberano. Jovenel Moise debe irse y se irá», declaró.
Desde la vecina República Dominicana, el ejército anunció el reforzamiento de la seguridad en su frontera con Haití, y algunas aerolíneas cancelaron los vuelos hacia Puerto Príncipe.
Por su parte, la comunidad internacional imperialista, gran responsable de la situación de miseria que vive la isla desde hace décadas, continúa interviniendo en la política local. Desde el Core Group, integrado por un representante especial adjunto del secretario general de la ONU, los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, la Unión Europea y un representante especial de la OEA, han llamado “al diálogo”.
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